Estas patatas son perfectas como guarnición, más allá de las clásicas patatas fritas. Y otro plus a su favor: no necesitas encender el horno y tirar de factura de la luz (si tienes cocina de gas como alternativa, claro) o asarte de calor en verano. Por otro lado admite todo tipo de especias y hierbas que tengas en tu despensa. Me parece perfecta: saludable, económica y fácil de hacer.
Se hierven las patatas en una olla con agua y sal. Dejarlas hervir 12-15 minutos, hasta que al pincharlas con un cuchillo las notes blanditas pero no deshechas. Escurrir y reservar.
Se pone una sartén grande a fuego alto, se añade el aceite. Cuando esté caliente, se vuelcan las patatas hervidas. Añadir sal y pimienta y saltearlas hasta que estén doradas.
Cuando estén bien doraditas añadir el comino, el pimentón y el romero. Remover con frecuencia para que no se quemen las especias y que a la vez vayan cubriendo bien las patatas.
Y ya está, servir inmediatamente como acompañamiento o incluso solas como se toman en el VIPS con una salsa barbacoa o de yogur.
Gracias por tu mail. Yo procuro no usar el horno para tan poca cantidad.