La elaboración de esta receta no puede ser más sencilla.
Si somos un poco manazas, como yo, pediremos en la pescadería que nos arreglen los boquerones, o si no, lo haremos nosotros mismos en la cocina, quitando las cabezas y las entrañas.
Lavamos los boquerones bajo el grifo con agua fría y los secamos ligeramente en un trapo de cocina (que después hay que echar a lavar! ;) )
En un plato ponemos la polenta y añadimos una pizca de sal.
Rebozamos los boquerones hasta que queden bien cubiertos de polenta.
A parte, en una sartén honda ponemos suficiente aceite de oliva para freír como para que los boquerones se cubran al introducirlos.
Freímos los boquerones durante unos 5 o 6 minutos, o hasta que estén doraditos, pero sin que se nos quemen.
Cuando estén listos los sacamos de la sartén y los ponemos a escurrir sobre papel de cocina.
Para comerlos, si nos gusta el limón, podemos exprimirles encima un buen chorreón.
Puede ser una cena estupenda o ser el entrante de algún otro plato. Yo los puse acompañando un pastel de puerros y gambas al eneldo.
¡Hola! Es harina de maíz gruesa.
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