Lo primero, pues es lo que mas se tarda, se corta la cebolla en juliana y se carameliza, esto es, en una cazuela pequeña, con un poco de aceite de oliva y a fuego suave, se deja hacer poco a poco durante 40 minutos, no pasa nada si se pega un poco al final, echar un poco de vino blanco y disolver el dorado del fondo, da muy buen sabor.
Cuando la cebolla lleve unos 20 minutos al fuego, añadir el puerro cortado muy finamente, si las cebollas son moradas o chalotas, el puerro no es imprescindible.
Se ponen los espárragos cortados fino en agua hirviendo y se cuentan 3 minutos desde que vuelve a hervir, se cuelan y enfrían con agua corriente para que mantengan el color, se reservan.
Se pone a hervir agua en una cazuela grande, con sal.Mientras coge el hervor, cortamos el salmón y así coge temperatura ambiente, pues frio pierde sabor.
Cuando el agua hierva, se echa la pasta, los minutos que el fabricante indique para "al dente", he elegido mafaldine porque hacen que se coma mas fácil, al tener que coger de uno en uno, y las muescas laterales agarran bien la salsa, pero se puede usar cualquier tipo de pasta.
Con la pasta cociendo se añade la nata a la cebolla caramelizada, que ya debería tener un color dorado, incluso marrón, y se mantiene a fuego suave, este es el momento de añadir el queso de cabrales, como un dado o dos, es un queso muy fuerte y con poco ya aromatiza, si nos pasamos todo sabrá a cabrales. La nata puede rebajarse con leche, o incluso sustituirla por esta, si se desea mas ligero.
Cuando a la pasta le queden un par de minutos, se añaden los esparragos a la salsa, para que se calienten.Finalmente se escurre bien la pasta, se reparte en platos, se añade la salsa y por encima el salmon ahumado.
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