Ponemos a mantequilla a temperatura ambiente, estará algo blandita, con la cáscara de naranja en un bol y mezclar bien con cuchara de madera o con ayuda de la batidora.
Incorpora la yema y dos cucharaditas de zumo de naranja mientras lo bates. Tamiza la harina y una pizca de sal y incorpora al resto de ingredientes. Mezcla todo bien. Envuelve en un papel transparente y dejar en lugar fresco o en la nevera entre 30 y 60 minutos.
Desenvuelve la masa y extiéndela entre dos hojas de papel para hornear. Yo me ha ayudado de un rodillo y he divido en dos partes la masa para que me quedara una masa que pudiera manejar.
Forma un cuadrado de 30 cm. Toca poner los ingredientes del relleno: píntala con el zumo de naranja, espolvorea con la canela y distribuye un poco del azúcar sobre ello.
En una de las partes laterales por donde empezaras a enrollar la masa he puesto una línea de naranja confitada.
Enrolla como si fuera un brazo de gitano. Envolvemos con papel transparente o film y dejamos en nevera mínimo 30 minutos. Ojo debe dejar cortarse, tener cuidado que no se ponga tan duro que al final no podamos cortarlo en rodajas.
Una vez pasado el tiempo en congelador/nevera, tomamos el "brazo" y vamos a cortarlo en pequeñas rodajas.
Precalienta el horno a 190º y prepara dos bandejas de horno con papel para hornear o siliconas.
Desenvuelve la masa y córtala en trocitos finos con un cuchillo afilado.
Coloca las galletas en las bandejas que has preparado dejando una cierta distancia entre ellas y hornear unos 10 a 12 minutos.
Una vez fuera del horno, déjalas entre 5 a 10 minutos sobre la bandeja para que enfríe y con la ayuda de una espátula colócalas sobre una rejilla para que se enfríen totalmente.