Lo primero que hay que hacer es limpiar muy bien los chipirones. En la bolsa interior suelen traer bastantes arenas que habrá que eliminar si no queremos tener un disgusto. En mi receta de Chipirones encebollados, tenéis un paso a paso de cómo hacerlo correctamente. La diferencia esta vez es que les dejé la piel.
Una vez estén completamente limpios y dependiendo del tamaño de los chipirones, los cortamos en 2 o tres rodajas cada uno. Salamos, ponemos un pelín de pimienta negra y reservamos.
En la cazuela de barro, ponemos a calentar 2 cucharadas de aceite de oliva. Doramos los ajitos picados y antes de que tomen demasiado color, añadimos la cebolla también picada.Cuando esté pochadita, añadimos el pimiento en trocitos y la zanahoria rallada. Me gusta mucho más, en este tipo de preparaciones, rallar la zanahoria gruesa que cortarla en rodajas o en cubitos.
Revolvemos y añadimos los chipirones. Dejamos que suelten el agua que tienen y añadimos un buen chorreón de vino blanco. Más o menos un vaso. Dejamos que evapore el alcohol.
Pasados unos 3 minutos, cubrimos con el caldo hirviendo y añadimos el arroz.Dejamos que cueza a fuego medio y destapado durante unos 15 minutos. Pasado este tiempo, tapamos la cazuela y la apartamos del fuego.
Como ya dije en otras ocasiones, el calor acumulado en la cazuela va a permitir que el arroz se siga haciendo durante unos minutos más, así que el reposo sirve para terminar el plato.