Las crepes son una opción estupenda para el verano: divertidas, saludables si se elige el relleno adecuado, nos permiten además, comerlas fueras de casa, ¡perfecto para una cena veraniega!
Mezclamos bien todos los ingredientes de la masa, a mano o con una batidora eléctrica.
Reservamos en el frigorífico durante al menos una hora, para que coja consistencia. Tiene que quedar una masa relativamente espesa que nos permita darle la vuelta a la crepe sin que se nos rompa, pero lo suficientemente ligera como para que la crepe salga finita.
Mi consejo: es preferible dejarla un poco espesa de más porque haremos una primera crepe de prueba y si vemos que necesita algo más de líquido, es más fácil añadir este a posteriori que espesar la masa con harina.
Mientras tanto, preparamos el relleno, picando muy finos, al gusto, todos los ingredientes y disponiéndolos en boles para tenerlos a mano cuando llegue el momento de usarlos.
Pasado el tiempo de reposo cogemos una sartén grande o una crepera (se trata de un aparatito especial para preparar crepes, que fue lo que yo utilicé porque me lo prestó mi hermana, pero no es imprescindible; con una buena sartén podemos apañarnos perfectamente). Ponemos a calentar la sartén; cuando esté bien caliente, la aceitamos muy ligeramente, que no quede aceite excedente.
Lo ideal es echar solo una gotita y extenderlo con una servilleta de papel o con una brocha de silicona. Echamos parte de la masa de los crepes, a cucharadas o con un chorro ligero, procurando que se extienda bien por toda la superficie de la sartén y que quede bastante fina. Intentaremos, además, que quede redondita para que salga más mona.
Para saber cuando es el momento de dar la vuelta a la crepe, nos fijaremos en la superficie de la misma, en la parte que está hacia arriba: en el momento en que se llene de burbujitas, consideraremos que está bien hecha por el otro lado. Será el momento de darle la vuelta con mucho cuidado de que no se rompa.
Os confieso que yo lo hice con las manos, a riesgo de quemarme, porque al intentar usar una paleta, me dio la impresión de que se partiría. Aquí ya entra en juego la habilidad de cada cual: igual sois de los que dais la vuelta a la tortilla lanzándola la aire. En ese caso, esto será peccata minuta.
Cocemos la crepe por el otro lado y cuando esté lista, reservamos sobre un plato para seguir cocinando las demás crepes de la misma forma hasta terminar con la masa. Según vayamos teniéndolas listas, las reservamos una encima de otra para que conserven el calor.
Ya tenemos las crepes listas; ahora solo nos queda disponer los ingredientes del relleno y enrollarlas para comérnoslas cuando aún estén templadas.
Comentarios de los miembros (16):
Me gusta la idea voy a pruebar la receta
Excelente.
La estoy leyendo ahora, muy interesante y me gustan las recetas con harina de maíz tostado.
Excelente
Muy bien explicado el proceso. Gracias
Excelente!!!!!!!!!!!
Ups! que es el gofio?
Se ve riquísimo! Aunque no tengo muy claro que es el gofio...
Me encantan las crepe,nunca las había cocinada,soy de chile ricas recetas.
Chevere y deliciosa