Poner a macerar las pechugas de pollo fileteadas con aceite, sal, pimienta, la nuez moscada y el jengibre. Dejar macerando unas 3 horas. Pelar y cortar las patatas en rodajas finas y las cebollas en juliana, como si fuéramos a preparar una tortilla.
En una cazuela con aceite pochar las verduras hasta que empiecen a estar doradas, añadir agua o caldo y cocinar a fuego suave hasta que estén estofadas, pero sin deshacerse (unos 40 minutos). En una sartén freír las pechugas fileteadas que teníamos macerando. Una vez estén doradas reservamos.
En esa misma sartén deshacemos la mantequilla y una vez deshecha añadimos la maicena removiendo sin parar para evitar que salgan grumos. Incorporar la leche caliente, salpimentar y remover hasta que la bechamel espese.
Formar capas en un molde apto para el horno alternando la patata y la cebolla, las pechugas de pollo y la bechamel. Espolvorear con queso rallado y gratinar en el horno unos 15 minutos hasta que la lasaña esté dorada.