Creo que esto es un plato que le gusta a casi todo el mundo y sobre todo a los amantes del pan. Además, el pan es muy sencillo de cocinar y la puedes rellenar de los ingredientes que más os gusten, en este caso yo he empleado magreta de cerdo y queso.
Lo primero que vamos a elaborar es el pan, ya que para que haga su efecto la levadura vamos a tenerlo bastante rato en reposo. Echamos en el bol la harina de fuerza tamizada. Por otro lado, templamos el agua y le echamos la levadura fresca de panadero para que se deshaga. Eso sí que no esté muy caliente, ya que si no la levadura no hará su efecto. Lo añadimos al bol con la sal, el orégano y el ajo en polvo y comenzamos a amasarla.
Una vez que tenemos todos los ingredientes mezclados, dejamos reposar la mezcla durante 45 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, colocamos un papel apto para horno en la bandeja que meteremos al horno y le damos la forma deseada a nuestro pan, en este caso yo he elaborado una rosca, para que me fuera más fácil hacer esta forma, lo que he hecho es un churro largo y lo he unido.
Ahora lo dejamos reposar la masa de hora y media a dos horas. Transcurrido este tiempo calentamos el horno a 200º y pintamos el pan con el huevo batido. Metemos la rosca al horno y la dejamos durante 35 minutos. Mientras tanto trituramos el tomate con un chorro de aceite, sal y pimienta y freímos un poco la magreta de cerdo, si las lonchas son muy gordas, si no no hace falta ya que se hará en el horno.
Sacamos la rosca, la abrimos, untamos el tomate por el pan, le echamos un chorro generoso de aceite y colocamos las lonchas de queso y la magreta. La cerramos y la volvemos a meter al horno durante 5 o 10 minutos hasta que veamos que el queso se ha fundido. La sacamos, la dejamos enfriar y ya está lista para degustar. Un aperitivo exquisito que hará las delicias de todos los comensales, además sale bastante más barata y rica que si la compramos en un supermercado.