Mezclamos con la baidora de repostería, el queso, el azúcar y 200 ml de leche hasta que todo quee bien integrado.
Calentamos en un cazo el resto de la leche y cuando rompa a hervir incorporamos la gelatina y removemos hasta su completa disolución.
Unimos la gelatina a la mezcla de queso y volvemos a batir unos minutillos hasta que quede bien integrada y la masa resultante tenga un colorcillo rosa.
Volcamos la masa en recipientes, aquí cada una a su gusto, pueden ser copas, vasos, cuencos... y los dejamos enfriar en la nevera unas horillas.
Comentarios de los miembros:
Tiene una pinta estupenda