Escaldamos los tomates en agua hirviendo durante 30 segundos, los escurrimos y los pelamos.
A continuación los cortamos por la mitad y le retiramos las semillas. Depositamos la pulpa de los tomates en una cazuela de barro.
Espolvoreamos con el azúcar.
Ahora lo dejamos reposar en el frigorífico durante 12 horas.
Pasado ese tiempo se le añade el clavo de especia y se coloca la cazuela en el fuego,
Cociendolo muy lentamente y removiendolo a menudo utilizando una cuchara de madera.
El tiempo de cocción necesario es de 50 minutos.
Tapamos y contamos 30 minutos desde que sale vapor por la válvula.
Pasado ese tiempo abrimos la olla, dejamos enfriar los tarros, los secamos bien y ya se pueden etiquetar y guardar en la despensa hasta que los necesitemos.