Un día antes de preparar el pan, cubrimos los tomates y el diente de ajo con el aceite de oliva y dejamos macerar 24h.
En un bol amplio, ponemos la harina, la sal, la levadura y poco a poco vamos añadiendo el agua templada. Empezamos a mezclar en el bol, pero en cuanto tengamos la masa un poco unida la pasamos a la encimera y continuamos amasando hasta que tengamos una masa lisa.
Cortamos los tomates grosamente e incorporamos a la masa. Formamos una bola que taparemos con un paño húmedo durante 1 hora o hasta que doble de tamaño.
Pasado ese tiempo, formaremos pequeñas bolitas, haremos una cruz con una cuchilla en la superficie y espolvoreamos con el parmesano. Dejamos reposar sobre la bandeja de horno 30 minutos y horneamos hasta que al golpearlos suenen hueco.