Se trata de cocer todos los ingredientes directamente en leche, durante bastante tiempo, para extraer al máximo todos los aromas y sabores
Por ello debemos dejar que la leche hierva, pero encontrar el punto de temperatura en nuestra cocina para que no se pegue al fondo de la cacerola ni se suba y se salga.
La primera vez que lo hagamos tendremos que estar vigilando, pero las siguientes ocasiones ya podemos dejar el te haciéndose mientras nos vamos a hacer otras cosas.