Batimos con las varillas de la amasadora eléctrica, los huevos con el azúcar, hasta que blanqueen.
Añadimos la leche y el aceite, batiendo a poca velocidad.
Mezclamos la levadura, una pizca de sal, la ralladura de un limón y una cucharadita de canela en polvo con la harina tamizada, la incorporamos a la mezcla y seguimos batiendo a marcha lenta, hasta que obtengamos una masa homogénea.
Seguramente necesitaremos parar de vez en cuando la amasadora, para bajar de las paredes la masa adherida, con la ayuda de una espátula.
Una vez conseguida esa masa, batimos la mezcla a velocidad rápida, durante 2 ó 3 minutos y dejamos reposar la masa en el recipiente tapado con un paño húmedo, durante 1 hora por lo menos, en el frigorífico. Se puede tener toda la noche.
Precalentamos el horno a 250º. Ponemos la masa en una manga pastelera con boquilla lisa y ponemos, en la bandeja de muffins, las cápsulas de papel. Las rellenamos tres cuartas partes de su capacidad. Espolvoreamos con azúcar toda la superficie.
Las horneamos a 210º de 14 a 16 minutos, hasta que estén bien hechas por el interior.
Las dejamos enfriar 5 minutos en la bandeja y las pasamos a una rejilla hasta que se enfríen totalmente.