Limpia el calamar y pásalo por la picadora: anillas, aletas, patas, etc. Una vez triturado mézclalo con la carne picada, el ajo, el perejil y un poquito de sal para volverlo a picar todo.
Mézclalo todo en un bol y añade la yema del huevo (si quedara demasiado líquido se puede añadir un poco de pan rallado para que el conjunto tome un poco más de cuerpo).
Haz bolas con esta masa, dales forma y pásalas ligeramente por harina. Fríe las albóndigas con abundante aceite de oliva bien caliente y resérvalas en un plato sobre papel de cocina, para que este chupe todo el aceite sobrante.
Pon un poco de aceite en una cazuela y sofríe a fuego lento la cebolla picada bien fina. Cuando esté bien "rubia", añade el tomate rallado y sin pepitas. Que vaya sofriendo todo junto, muy lentamente.
Cuando el sofrito esté bien confitado, añade un chorrito de vino blanco y que reduzca. Moja el conjunto con unos 3 cucharones de caldo de pescado. Cuando lleve unos 10 minutos añade las albóndigas y deja que se vaya cociendo todo al "chup-chup" unos 30 minutos.
En una paella a parte saltea los langostinos,con un poco de aceite. Escúrrelas y resérvalas hasta 5 minutos antes de acabar la cocción de las albóndigas, entonces las añades al guiso y dejas que se fusionen todos los sabores, mar y tierra.Si los has hecho bien, la cocina tiene que oler ya a las mil maravillas.
Este plato también se puede hacer con setas en lugar de con langostinos o gambas. Incluso queda más bueno hecho de un día para otro, porque estará más reposado y todos los sabores más concentrados.