El día anterior ponemos los garbanzos en remojo y los dejamos toda la noche. Al día siguiente le quitamos el agua y hervimos en abundante agua con sal hasta que queden tiernos. De nuevo le quitamos el agua y reservamos.
Hervimos las espinacas en agua saldada durante unos minutos hasta que queden tiernas. Escurrimos y reservamos para después en una sartén.
Por otra parte cortamos las berenjenas en cuadrados y freímos en aceite junto con la mostaza negra hasta que queden blandas. Añadimos las berenjenas a las espinacas, incorporando también los garbanzos.
En otra sartén rehogamos las especias en polvo y el tomate triturado. Después de un par de minutos se las añadimos a la mezcla anterior de las espinacas. Dejamos a fuego lento durante unos diez minutos y servimos caliente.