Hace unos días ví unos canelones en el blog de Cova y me he animado ha hacerlos, pero en vez de hacer canelones, prefiero hacer lasaña porque requiere menos trabajo. Reconozco que hacer canelones es bastante entretenido.
La receta ha salido muy rica, las pasas y los piñones le dá mucha personalidad y es seguro que la repetiré en el futuro porque este relleno merece la pena. Además, se sale del clásico de carne picada con salsa de tomate y es una buena manera de que en casa coman pescado y verdura.
Tostamos un poco los piñones en una sartén y reservamos. Las pasas, las metemos 1 minuto en el microondas con un chorrito de agua. Las dejamos reposar para que se hidraten.
Picamos la cebolla y la pochamos en una cacerola con un poco de aceite. Cuando empiece a ponerse transparente añadimos el bacalao desmigado y rehogamos un poco.
Agregamos las espinacas cocidas, yo usé espinacas congeladas y cocidas en el microondas. Rehogamos todo hasta que se evapore el líquido. Salpimentamos y añadimos los piñones y las pasas.
Ponemos las placas de lasaña a remojo en agua caliente siguiendo las instrucciones del paquete. Cuando estén listas, las ponemos sobre un paño de cocina limpio para que se sequen.
Vamos haciendo la bechamel como tengais costumbre de hacerla. Yo usé la Thermomix poniendo todos los ingredientes en el vaso durante 8 minutos, a 100º y a velocidad 2.
En una fuente para horno, ponemos una capa de bechamel, una capa de placas de lasaña, la mitad del relleno y un poco de queso mozarella. Repetimos la operación poniendo otra capa de placas de lasaña, el resto del relleno y un poco de mozarella. Ponemos la última capa de placas de lasaña.
Cubrimos con la bechamel y esparcimos queso mozarella por toda la superficie. Añadimos por encima unos trocitos de margarina o mantequilla y metemos al horno precalentado a 200º durante 30 minutos, hasta que la superficie esté dorada.
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