Lava y corta el calabacín en pequeños trozos. Pica la cebolla y sofríela durante unos minutos en una sartén con un poco de aceite. Una vez pochada la cebolla, añade los trozos de calabacín y saltea.
Añade un poco de agua y continúa cocinando. Así conseguiremos un calabacín de textura más untuosa.
Luego, añade las gambas y deja que se cocinen durante unos 6 ó 7 minutos. Necesitarán un poco más de tiempo si las gambas son congeladas.
Añade el jengibre rallado al final de la cocción (ten cuidado de no poner en exceso). Cocinar 4 minutos más.
Hierve abundante agua salada en un cazo y cuando llegue al punto de ebullición, añade la pasta. El tiempo de cocción variará dependiendo del fabricante. Sigue las instrucciones para conseguir una cocción al dente. Reserva un poco del agua de la cocción y escurre la pasta.
Añade el agua de cocción de la pasta a la mezcla de calabacines y gambas y cocina a fuego alto. Añade la pasta escurrida y saltéala durante unos minutos (de 1 a 2 minutos para terminar de cocinar la pasta).
Añade un poco de pimienta negra recién molida y sirve. Listo!