Partir el solomillo de forma que obtengamos dos medallones. En una sartén bien caliente con un chorrito de aceite marcar los solomillos vuelta y vuelta. Reservar. Sofreír la cebolla cortada finita en la misma sartén con otro chorrito de aceite.
Cuando esté bien pochada la cebolla reservar media taza. Al resto de cebolla añadir las manzanas peladas (también se puede dejar la piel si se prefiere) y partidas en gajos y las ciruelas partidas por la mitad.
Rehogar unos minutos. Añadir una copita de cognac y dejar reducir hasta que las manzanas estén bien blanditas. Precalentar el horno a 200ªC.
Estirar la plancha de hojaldre y cortar con la ayuda de un cortapastas dos cuadrados (o círculos) un poco más grandes del tamaño del solomillo. Cortar otros dos cuadrados dos dedos más grandes que los anteriores.
Colocar el solomillo sobre un cuadrado de hojaldre y disponer la mitad de la cebolla pochada que habíamos reservado encima. Tapar con uno de los cuadrados de hojaldre más grande y sellar bien los extremos. Repetir la operación con la otra ración.
Pintar con el huevo batido y hornear 200ºC unos 15-20 minutos o hasta que el hojaldre esté doradito.