Comenzamos tamizando la harina y se reserva. Mezclamos la mantequilla con el azúcar glass y a continuación echamos el huevo. Le añadimos el aroma y la harina poco a poco hasta que quede bien integrado y añadimos un chorrito de leche a la mezcla. Si notamos que se pega la masa en los dedos añadimos un poquito más de harina.
Cuando tengamos la masa preparada hacemos dos o tres bolas, las envolvemos con film transparente y las guardamos en la nevera durante 1 hora mas o menos. Pasado ese tiempo, sacamos la masa y la estiramos para comenzar a cortar las galletas. Debe de quedarnos de al menos 5mm de grosor, yo utilizo unas guias para el rodillo como podéis ver en la foto.
Precalentamos el horno a 180º y horneamos durante 10 minutos. Transcurrido ese tiempo sacamos las galletas, colocamos sobre una rejilla y las dejamos enfriar ( al sacarlas del horno veréis que aún están blandas, no os preocupéis, tras enfriarse endurecen )
Yo las dejo en una lata hasta el día siguiente. Bueno pues ya es hora de empezar con la decoración y para eso primero preparamos la glasa real. Yo he utilizado en esta ocasión un preparado que podéis comprar en cualquier tienda de repostería. Es sencillo de usar siguiendo las indicaciones del paquete. De todas maneras si queréis hacerla en casa, la receta de como hacerla la tenéis en el blog. ( la que yo uso habitualmente ) Hecha la glasa repartimos en varios cuencos para ir tiñendo según los colores que queramos utilizar.
Es hora de empezar a decorar nuestras galletas. Comenzamos haciendo los bordes de las galletas con la manga pastelera y la boquilla nº 3. Después seguimos con la glasa de relleno ( es mas fluida que la que usamos para bordear ).Para ello utilizaremos biberones de glaseado que resultan mas cómodos.
Ahora hay que dejar endurecer el relleno de las galletas para que no se mezclen los colores a la hora de seguir decorandolas. Solo nos queda terminar de decorarlas a nuestro gusto y colgarlas en el árbol.
Totalmente comestibles, están hechas con ingredientes naturales.