Empezaremos por la base, triturar muy bien las galletas, lo ideal es con una picadora, pero yo no tengo, así que si os pasa como a mí podéis meterlas dentro de una bolsa de plástico de las de congelar y o para bocadillo y pasar por encima un rodillo o una botella hasta que esté lo más fino posible. Añadir a las galletas picadas un poquito de leche evaporada y mover hasta obtener una pasta, añadir un poco más de leche si fuera necesario.
Coger un molde, prioritariamente desmontable, y echar dentro la pasta de galletas. Repartir por todo el molde intentando tapar bien la junta para que no se salga el relleno cuando lo echemos. Tapar con film transparente y meter en la nevera mientras preparamos el relleno.
Derretir el chocolate blanco al baño maría, retirar y dejar templar. En un bol batir los 6 huevos con el azúcar, añadir el queso crema y la nata y remover bien. Por ultimo añadir el chocolate, aseguraros de que no esté caliente, volver a mover. Echar el relleno en el molde y meter en el horno previamente precalentado 20 minutos a 180ºC y después dejar 60 minutos más a 150ºC. No llenar el molde más de la mitad, porque sube mucho y se podría salir. Cuando esté bien hecha sacar del horno y dejar enfriar.
Para hacer la confitura simplemente echar la fruta y el azúcar en un cazo y olla pequeña a fuego medio, dejar que se deshaga el azúcar e ir moviendo hasta que quede con la consistencia deseada.