Se pueden poner la nata, el queso los de tipo light y la leche desnatada, el resultado es muy bueno, así hacer en una oportunidad y quedo perfecta, además se come con menos remordimiento. El queso fresco cremoso del Mercadona está muy bueno pero como aporta un poco más de acidez, se puede poner un poquito más de azúcar si se quiere a la mezcla, esto ya es al gusto. Elegida usar la masa brisa, no sólo por ahorrarme el hacer la base, sino también es que de esta manera al cocinar la torta queda tan fina la masa, que es casi como comer sólo la torta de queso y eso me encantó!
Bueno para empezar la preparación, si teníamos la masa en la nevera la sacamos unos 10 minutos antes para que se atempere, y precalentamos el horno a 180 grados por 15 minutos. Untamos muy poca mantequilla y enharinamos la fuente donde vamos a hornear, a mi me gusta usar las fuentes o moldes que son desmontables, así cuando este lista, simplemente abrimos el seguro y desmontamos la torta en un momento, sin riesgos de dañarla, además que esta torta no se puede desmontar y voltear como podríamos hacer con los biscochos.
Como primer paso, se ponen en un bol los 3 huevos enteros, que se mezclan un poco la clara y las yemas, se agrega poco a poco la mitad del azúcar que pusimos en los ingredientes y luego la maicena hasta obtener una pasta suave, sin grumos y bien incorporada, sin sentir demasiado el azúcar en la mezcla. Seguidamente en otro bol, mezclamos la leche con la nata y el queso ,e incorporamos bien con un batidor de mano y al mezclarlos, empezamos a añadirle la mezcla de huevos, azúcar y maicena.
El resultado no será una mezcla muy contundente o pesada, ya que la idea es que cuaje en el horno y deje una textura suave al paladar. Luego, se toma el molde que hemos preparado anteriormente, colocamos la masa brisa, la extendemos desde el fondo y del centro hacia afuera, cuidando de no dejar pliegues en toda la superficie del molde, cortamos los excesos de masa y agregamos la mezcla de queso. Llevamos al horno a 180 grados por una hora. Retiramos y dejamos enfriar. El tope se puede hacer con la fruta que más guste, manzanas, fresas, moras, cerezas, etc.
Elegida la piña, porque era lo que tenía en casa la última vez y quise probar la combinación que no es muy frecuente, a ver qué tal quedaba y me gustó. Para hacer el tope colocamos, los 30 g de azúcar restantes con una taza de agua para hacer un almíbar, ojo, que el almíbar tiene que removerse mucho con una cuchara de madera, sino caramelizará y quedará muy duro sobre la torta. Picamos las rodajas de piñas en cuadritos, removemos los corazones y escurrimos, cuando el almíbar ya este casi hecho, a los 12 minutos aproximadamente, incorporamos la piña al almíbar y dejamos a fuego alto para eliminar el agua que aportará la piña al almíbar; dejamos enfriar y colocamos encima de la torta de queso que deberá estar totalmente fría. Servir y disfrutar!