Que si un coche, que si una prenda de ropa, que si un deporte... Un polo puede ser muchas cosas! Pero cuando en verano escuchamos esas palabra no nos cabe la menor duda de que nos referimos a esa refrescante paleta helada. ¡Imprescindible en los días más calurosos de la temporada estival!
Hacer un polo casero es muy fácil. Tanto que no deberías dudar en implicar a los más pequeños en su elaboración. Estamos seguros de que les encantará ser partícipes de una actividad tan entretenida y con un resultado tan goloso. Las recetas más básicas consisten en congelar un líquido (por ejemplo el zumo de alguna fruta, limonada, horchata) alrededor de un palo. A partir de aquí las opciones son casi ilimitadas. Para aumentar su untuosidad puedes añadir algún tipo de yogur griego o ponerle un poco de miel o azúcar invertido para evitar se formen cristalitos durante la congelación.
Otro punto positivo de hacer polos caseros es que tendremos el control sobre el proceso y los ingredientes que vamos a utilizar. Los polos hechos en casa son mucho más saludables que los comerciales que por lo general están saturados de grasas, azúcares, esencias y potenciadores de sabor.
Para hacer un polo sólo vas a necesitar un congelador, un molde y un palo. Encontrarás moldes de muchos tamaños y formas y si no siempre puedes usar el envase de un yogur, unos vasitos de plástico o cualquier otro recipiente que aguante las bajas temperaturas sin deformarse ni romperse. Y si lo que no tienes es el palo, una cucharita de café puede ser una solución ;)
¿Te animas a probar alguna de estas sencillas recetas? ¡No te vas a arrepentir!