En primer lugar prepararemos la primera masa. Para ello en un bol desharemos con las manos la levadura en la leche templada. Lo dejaremos unos 10 minutos. Seguidamente añadiremos la harina y removeremos hasta que quede una masa homogénea y elástica. Es necesario trabajarla un poco con las manos para conseguir esa elasticidad. A partir de aquí lo dejaremos reposar tapado con un trapo en un sitio sin corriente que tenga una temperatura de unos 22 grados. Se aconseja el horno. Y se deja ahí hasta que doble su volumen.
Después empezaremos a hacer la segunda masa. Para ello en un bol se deben mezclar todos los ingredientes (harina, leche, azúcar, huevo, mantequilla, esencia de vainilla, esencia de naranja i la sal). Se amasa hasta que quede una masa homogénea. En este momento, se añade la primera masa y volvemos a trabajarla de nuevo. Cuando ya tenemos una masa homogénea (no se nos engancha en las manos) la dejamos dentro de un bol, previamente enharinado, tapado con un trapo en un lugar aislado de corrientes. Mejor el mismo sitio que hemos usado antes para la primera masa.
Lo dejamos ahí hasta que triplique su volumen. Dependerá del día si es más caluroso o menos, pero puede tardar unas 4 horas.
Una vez, nuestra masa ha triplicado el volumen, la amasaremos para quitarle el aire, y con el rodillo la extenderemos dejándola del grosor de 1 cm y con la forma deseada (en este caso ovalada)
La dejaremos levar hasta que doble el volumen en un sitio aislado i a temperatura ambiente. Como ya tiene la forma y para no moverla más es recomendable dejarla ya preparada en el papel de horno y en la bandeja. Puede tardar un rato en levar, aproximadamente unas 2 horas. Una vez ha hecho esta segunda fermentación, ya es cuestión de pintarla con un huevo batido, esparcirle piñones por encima y espolvorear con azúcar y lista par ir al horno.
La cocemos en el horno a 180º hasta que esté doradita, aproximadamente 20 minutos. La sacamos del fuego y la dejamos enfriar. Y lista para comer!!