Entre cada dos rebanadas de pan se pone una de queso y una de jamón. Se cortan en cuatro partes cada una y se humedecen con leche.
Se prensan un poco con un peso. Una vez prensados quedan bien firmes, pero jugosos al haberlos humedecido con leche. Seguidamente se pasan por huevo batido y se fríen en el aceite caliente, hasta que estén dorados. Se sirven inmediatamente.
También se pueden rellenar de un picadillo de bonito con tomate y cebolla, de carne pescado o pollo, mezclados con un poco de besamel, de jamón serrano, de chorizo...etc. Como os decía antes un mundo infinito. Disfrutadlos. Un plato ideal para la cuesta de enero.
Gracias! Nos alegra muchísimo saber que le ha gustado :)