Con un calamar de tamaño considerable, que pesó algo más de un kilo, podemos preparar esta receta exquisita, un poco más laboriosa que otras veces, pero tampoco en exceso, y obtener cuatro buenas raciones. Si no encontramos un calamar tan hermoso, se puede hacer igual pero con cuatro calamares de tamaño medio, que servirán para cada una de las cuatro raciones individuales.
Como se puede apreciar en la foto, comparando con el cuchillo que es bien hermoso, el calamar, antes de ser limpiado tenía un tamaño superior a los 50 cm. Limpiando el calamar para obtener una vaina: Lo primero fue separar los tentáculos (reservar) y extraer y eliminar los ojos, las vísceras, la bolsa de tinta (se puede guardar para otras recetas), y la espina o pluma que hay dentro. Podéis ver como hacerlo pinchando aquí.
Después, con paciencia, hay que quitar la piel fina que recubre el calamar y dejarlo blanquito y limpio. A continuación, le damos la vuelta -cual calcetín- a la vaina de calamar, y nuevamente, limpiamos de telillas, pieles y demás cosas que nos sobran. Y ya tenemos una estupenda vaina de calamar limpia y dispuesta a ser rellenada.
El relleno: Picamos en brunoise, (en cuadraditos) una cebolla grande y un pimiento, y lo pochamos despacito. Yo utilicé medio pimiento verde, medio rojo y medio amarillo que tenía en la nevera y dos cebollas de tamaño medio porque no tenía grandes. Una vez pochado, picamos en cuadraditos las aletas, los tentáculos, y los añadimos a la mezcla. A todo le damos una vuelta en la sartén. Añadí también media bolsa de gambas crudas peladas congeladas (unos 200 gramos) y un paquete de carne de vieiras (300 gramos) (La sirena, buenísimas) y lo rehogué todo junto. Sal y pimienta (de la de Zanzíbar, qué buena por cierto). Una vez estaban todas las piezas en su punto, (3-4 minutos) añadí dos cucharadas de tomate frito y medio brik de nata liquida, para darle un poco de consistencia. Con ese preparado, se rellena la vaina de calamar (que está cruda) y se cierra con unos palillos cruzados.
La salsa: Tomar una cebolla mediana o media grande, un pimiento rojo (yo utilicé los otros medios pimientos) y rehogar despacito hasta que estén bien pochados. Añadir dos cucharadas de tomate frito y pasar por la batidora para hacer una crema. Colar por el chino, o por un colador y reservar.
El horno: Meter la vaina rellena, en una fuente de barro o cristal y hornear unos 40 minutos a 180º de temperatura, dando la vuelta al calamar a los 20 minutos. (Si en lugar de un calamar grande se usan pequeños, de ración, el tiempo se reduce a 25 minutos, 15 por un lado y 10 por el otro). El calamar sudará, se hará por fuera y por dentro, expulsando algo de jugo de cocción y de la parte líquida del relleno. Reservar. En la foto de encima se ve bien el jugo que soltó.
Montaje del plato: Cortar rebanadas del calamar de unos dos a tres dedos de grosor y colocar sobre un plato con una base de salsa. (Dos por ración está bien) Decorar con algo del relleno si sobró. Después, añadir unas gotas del jugo de la cocción, que darán un toque oscuro y original.
Comentarios de los miembros:
Su aspecto me gusta y quiero hacerla.