Descongelamos la lámina de hojaldre. Estiramos con un rodillo en una superficie ligeramente enharinada. Forramos un molde redondo con papel plata. Cortamos tinas finas de 1 x 15 cm. y las colocamos por todo el contorno del molde.
Cortamos 3 tiras de 2 x 60 cm, dependiendo del diámetro del molde. Entrelazamos las tiras haciendo una cesta. Calentamos la cucharada de agua y disolvemos el café, pintamos con un pincel aleatoriamente la cesta (para darle al hojaldre un aspecto de mimbre). A continuación batimos medio huevo y pintamos toda la cesta. La ponemos en la nevera 10 minutos en lo que precalentamos el horno a 200º C. Horneamos hasta que esté algo tostado. Dejamos enfriar.
Hacemos un bizcocho: Precalentar el horno a 150-160º C. En un bol montamos los huevos con el azúcar, cuando hayan duplicado su volumen ponemos la harina, la almendra y la levadura tamizada y a poquitos la incorporamos. Ponemos la mantequilla derretida en forma de hilo, mezclamos con cuidado y por último ponemos el azúcar invertido.
Vertemos a un molde redondo engrasado y con harina. Ponemos al horno durante 35 ó 40 minutos. Dejamos enfriar.
Montamos la nata con el azúcar. La mermelada la calentamos un poquito para aligerarla. Una vez frío el bizcocho, lo abrimos por la mitad horizontalmente; empapamos un poco con el almíbar y cubrimos con la nata, encima ponemos la mermelada. Tapamos con la otra capa de bizcocho y bañamos con un poco de almíbar.
Ponemos a hidratar las hojas de gelatina. Pelamos y cortamos la fruta, la colocamos a nuestro gusto. El resto de almíbar lo calentamos y desleímos la gelatina escurrida. Dejamos que se enfríe un poco y cubrimos toda la fruta. Ponemos en la nevara hasta que la gelatina cuaje.
Por último, desmoldamos con mucho cuidado la cesta de hojaldre y colocamos por el contorno de la tarta, obteniendo así una cesta de frutas.