Preparamos nuestro cheesecake, precaliente el horno a 350°C. Forre un molde desmontable de 17,5 cm con una doble capa de papel de aluminio, deje un borde en el exterior, para facilitar la extracción posterior del cheesecake.
Preparando la base de galleta, mezcle la galleta, la mantequilla derretida y 2 cucharadas de azúcar en un tazón mediano. Ponga la mezcla en el molde forrado y presione firmemente contra el fondo del molde, para cubrir su base con ella.
Hornee hasta que cuaje, es decir hasta que se torne firme y homogénea. Tomará aproximadamente 10 minutos. Deje enfriar en el molde sobre una rejilla de alambre.
Y ahora el cheesecake: vierta el relleno de crema de queso sobre la base de galleta. Agregue la salsa de frambuesa con una cucharilla sobre la crema de queso. Con un palillo de madera o palillo de dientes, forme remolinos con la salsa de frambuesa arrastrandola sobre la crema de queso.
Poner el molde dentro de una bandeja para hornear grande, con bordes altos o en una cacerola poco profunda que pueda ser introducida en el horno. Introducir la bandeja con el molde en el horno.
Con ayuda de un cucharón poner el agua hirviendo con mucho cuidado en la bandeja hasta llegar a la mitad de la altura del molde.
Hornee hasta que el pastel esté hecho, pero manteniéndose aún ligeramente inestable en el centro, este paso tomará entre 60 y 65 minutos. Ponga el molde sobre una rejilla hasta que se enfríe por completo.
Refrigere, cubriéndolo previamente, por 6 horas como mínimo o por toda la noche. Antes de desmoldar, pase un cuchillo alrededor del borde de la torta.