Cortamos la cebolla en juliana y la carne en cuadraditos para guisar (sino lo ha hecho el carnicero). Cubrimos el fondo de una olla (rapid) con aceite de oliva, salamos y cocinamos la cebolla, la carne, la cabeza de ajos, el laurel, la pimienta y los huesos, todo junto a fuego suave para que se vaya dorando y se mezclen los sabores.
Cuando esté todo listo añadimos el cognac y dejamos que reduzca, cubrimos de agua y cerramos la olla, contamos 20 minutos desde que suben las rayas.
Enfriamos y abrimos la olla, encendemos otra vez el fuego, probamos de sal y rectificamos si hiciera falta, retiramos los huesos (los pongo en un plato para roerlos cual perrillo y sacar molla y tuétano, es algo que mi marido mira con asombro pero que a mi me vuelve loca) y cuando hierva echamos los macarrones cocinándolos según instrucciones del fabricante. No he puesto la cantidad de macarrones porque va a gustos, a mi me gustan que queden espesitos (que no secos) pero hay quien le gustan mucho caldo y poco macarrón.
Servimos en los platos, pero antes os cuento un truco que tenía Vivis, ella contaba los granos de pimienta que echaba y luego los buscaba para quitarlos, los muy p....s tienen tendencia a esconderse dentro de los macarrones y cuando menos te los esperas ZAS, grano que te comes y te fastidia el plato... No olvidéis echarle un poco de queso rallado, para que se funda con el caldito, mmmm!