Es una receta clásica, de cuando los tiempos eran duros, muy duros, mucho más que ahora, y que se tenía que hacer al menos una comida al día, si podía ser caliente mejor, ya fuera con pan duro, unos ajos y unos espárragos, cogidos en la cuneta de la carretera o con lo que fuera. Es una receta típica de la posguerra.
A día de hoy se le pueden hacer un par de cambios sin alterar la esencia y disfrutar de una maravilla de sopa.
Empezaremos preparando el caldo. En una olla ponemos 1 1/2 de agua con el tomate, los ajos, el puerro y el pimiento y lo dejamos cocer unos 20 minutos, y el caldo habrá reducido hasta 1 litro más o menos.
Pelamos y picamos los dientes de ajo en rebanaditas. A los espárragos les vamos a quitar la parte del tallo que está más dura y los cortamos en trocitos de 1,5-2 cm.
El pan lo tendremos cortado y lo podemos secar, que no tostar, en el horno o bien en una plancha para el pan, lo que en mi tierra siempre se ha llamado una Carmela.
Intentamos secarlo sin que tome color, solo para que quede crujiente y luego en la sopa quede más entero.
Una vez llegado a este punto, empezamos a saltear los ajos en el aceite con el laurel.
Cuando estos empiecen a dar olor ponemos los espárragos y dejamos sofreírse un par de minutos.
Ahora añadimos el pimentón, removemos y ponemos el caldo de las verduras. Salpimentamos y dejamos cocer unos 10 minutos, el tiempo justo para que el espárrago esté tierno.
Ponemos en el plato las rebanadas de pan, tres en cada plato.
Batimos los dos huevos y cuando la sopa esté lista, apagamos la candela y ponemos el huevo dentro de la sopa, removemos con una varilla y vertemos sobre el plan seco.
El resultado es delicioso a la vez que bonito.
Si dejamos reposar 1 minuto, el plato estará perfecto.
Si te fijas bien, esta receta es una receta escrita (No tiene vídeo). El vídeo que aparece al final, tal y como se especifica es: un Vídeo relacionado. Un vídeo que es de otra receta y que quizá pueda gustarte. Es una sugerencia extra.
Pues no lo sé, el video no es mío. Lo sientoo