¿Utilizas una tabla de cortar de plástico? ¡Estos son los riesgos que corres al usarla!

Las tablas de cortar de plástico, especialmente cuando están rayadas, favorecen la proliferación de bacterias patógenas como la Escherichia coli y la Salmonella. Los residuos de alimentos que se introducen en las microfisuras crean un entorno ideal para su crecimiento. Incluso una limpieza a fondo puede no ser suficiente para eliminar por completo estos microorganismos, lo que aumenta el riesgo de contaminación cruzada y posterior intoxicación alimentaria.

Las tablas de cortar de plástico, cuando se usan mucho, tienden a deteriorarse, liberando diminutas partículas de plástico que terminan en los alimentos. Estos microplásticos, que no son biodegradables, pueden provocar, al ingerirse, trastornos gastrointestinales o reacciones inflamatorias. Aunque todavía se están realizando estudios científicos sobre esta cuestión, la preocupación por los posibles efectos a largo plazo de esta contaminación alimentaria es cada vez mayor.

Algunas tablas de cortar de plástico, especialmente las de baja calidad o fabricadas con materiales poco seguros, pueden liberar sustancias químicas peligrosas como el bisfenol A y los ftalatos. Se sabe que estas sustancias son perjudiciales para la salud, especialmente para el sistema hormonal. El problema se agrava cuando la tabla de cortar se expone a altas temperaturas, como cuando la lavamos con agua muy caliente o la utilizamos como soporte para alimentos calientes. En estos casos, puede aumentar la liberación de sustancias nocivas.

Mientras que las tablas de cortar de madera tienen propiedades antibacterianas naturales, las de plástico tienden a acumular bacterias y restos de comida en los microcortes que se hacen en la superficie. Limpiar una tabla de plástico desgastada, aunque lo hagamos de manera enérgica y frecuente, puede que no sea suficiente para desinfectarla completamente.

Las tablas de cortar de plástico, aunque baratas y útiles, tienen varias desventajas frente a otras alternativas más naturales. La madera, por ejemplo, tiene propiedades antibacterianas naturales y crea una barrera protectora contra la proliferación de microorganismos. El bambú, además de ser respetuoso con el medio ambiente, es extremadamente resistente y duradero. El vidrio, por último, es higiénico y no absorbe olores, pero requiere un cuidado especial para evitar roturas. Cada uno de estos materiales ofrece más garantías sanitarias que las tablas de plástico. Elige la que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias.