Separamos las yemas de las claras. Batimos en primer lugar las yemas con el azúcar hasta que estén muy bien amalgadas.
Aparte, batimos las claras hasta que alcancen el punto de nieve. Poco a poco vamos mezclando las yemas con las claras y a continuación se añade la harina en forma de lluvia, trabajamos hasta conseguir na mezcla homogénea en el que no queden grumos.
Untamos un molde ( debe de ser de gran tamaño), con mantequilla y se echa la masa. No es recomendable que pase mucho más de la mitad del molde
Calentamos el horno a una temperatura media de 160 grados y lo horneamos durante unos 40-50 minutos aproximadamente. Va a depender de nuestro horno, de todas maneras comprobamos pinchando que sale seco.
Esperamos a que se enfrié y espolvoreamos con azúcar glass