Mezclar bien los ingredientes hasta obtener una pasta sin grumos. Limpiar las flores, secarlas con cuidado y rebozar.
Freír en aceite bien caliente, depositarlas en papel de cocina para que se absorba el aceite sobrante, y rebozar con azúcar glas.
Son deliciosas. El rebozado tiene un sabor muy delicado, lo que sobró lo usé al día siguiente para hacer unos buñuelos de pera y el resultado fue también fantástico.