En un cazo poner el agua y el azúcar. Mezclar removiendo con una espátula y poner a cocer hasta que rompa a hervir y con ayuda de una brocha humedecida en agua ir limpiando el borde del liquido con el cazo para que no se queme.
Cuando alcance los 126º, retirar el cazo del fuego y poner en el cazo una cuchara de palo con base ancha, y añadir la glasa real removiendo constantemente pero suave, dejando que suba.
Seguir removiendo y dejar que baje, sin parar de remover, dejar que suba nuevamente.
Volcar despacio y a no mucha altura sobre un papel de horno y dejar que se enfríe.
Una vez frio, pasarle el rodillo de amasar por encima para romperlo y hacer el granillo.