Cocemos las castañas en agua, hasta que estén tiernas. Las escurrimos y cuando estén frías les quitamos la segunda piel.
Hacemos un almíbar a punto de hebra y añadimos las castañas. Cocinamos a fuego suave removiendo de vez en cuando con cuidado hasta que podamos atravesarlas fácilmente con una aguja.
Las sacamos del almíbar y colocamos en frascos previamente esterilizados para conservar. Hervimos el almíbar restante con el ron y vertemos sobre las castañas.