Dejamos el confit a temperatura ambiente. Pelamos las patatas, las lavamos, troceamos y las ponemos en una cazuela; agregamos la leche, 50 ml de agua y un poco de sal, y las cocemos hasta que estén bien tiernas.
Retiramos la piel de los confit y los desmenuzamos. Escurrimos las patatas conservando el líquido y las aplastamos con un tenedor, añadiendo un poco de aceite.
Salpimentamos, y si el puré queda muy seco, lo aclaramos con un poco del agua de cocción que hemos reservado. Precalentamos el horno a 180º.
Repartimos la carne en 2 aros de repostería, las cubrimos con el puré, espolvoreamos con los piñones y horneamos de 7 a 10 minutos (el objetivo es que se doren). Servimos el plato caliente con rúcula lavada y aliñada con vinagre, sal y aceite.