Es un plato del que tengo grabado su sabor en la mente y en el paladar. Hay muchas sopas de tomate, caldosas, con fideos, etc., pero a mi esta es la que más me gusta como la de mi madre y me trae mejores recuesrdos.
Una vez escaldados los tomates y picados, ponemos en una sartén el aceite de oliva con una hojita de laurel a fuego medio. Una vez está caliente añadimos la cebolleta y añadimos un poco de sal. Dejamos sofreír, pero con cuidado, ya que la cebolleta se quema con facilidad.
Ahora añadimos el tomate, con un poco de sal y pimienta. Iremos removiendo lentamente y con cariño a fuego lento. Rectificaremos con azúcar según nos pida por su acidez el tomate. Yo estuve 1 hora y ½ removiendo y friendo el tomate, pero mereció la pena. Lo apartamos
En una cazuela de barro o en el recipiente que tengamos, ponemos el pan, con unas ramitas de hierbabuena, ponemos a fuego lento y añadimos el tomate frito. Removemos y hacemos que se mezcle todo perfectamente.
Ahora empezaremos a añadir agua lentamente, chorrito a chorrito e iremos mezclando y removiendo. Algunos trozos de pan se desmoronarán y otros quedarán más enteritos.
Ha de quedarnos una textura densa, pero suave a la vez. La cantidad de agua dependerá mucho del tipo de pan, por eso es lo de añadir poco a poco, hasta encontrar la textura que cada uno desea.
Cortamos unos pimientos verdes a trozos y comeremos un trozo de pimiento crudo con cada cucharada de sopa. Una delicia, una verdadera delicia..
Comentarios de los miembros:
Buenisima la receta es una maravilla la sopa de tomate te mereces un 10 como una catedral gracias
Esta comida
Excelente
Me gustó
Tiene que estar muy bueno