Se derrite el chocolate blanco añadiéndole poco a poco una pizca del oscuro, hasta conseguir la tonalidad mas parecida a un huevo de verdad.
Dar varias capas para que coja consistencia. Dejamos en la nevera para que se endurezca. Dejamos en la nevera para que se endurezca.
Separamos la clara de la yema. A la clara con una cucharada de azúcar la batimos a punto de nieve firme hasta hacer casi un merengue, dando el aspecto como si la clara estuviese cuajada.
La yema la batimos igualmente con la otra cucharada de azúcar hasta que esté cremosa y que tenga aspecto de casi cuajada también. Desmoldamos el huevo de chocolate, lo modelamos y ponemos la parte inferior en el recipiente especial para los huevos pasados por agua.
Llenamos el interior con el merengue y en el centro ponemos la yema azucarada. Cubriremos parcialmente con la otra parte del huevo de chocolate. Cubriremos parcialmente con la otra parte del huevo de chocolate.
A la nevera para que esté fresquito. Lo decoré con una golosina que compré en Irlanda que es de chocolate blanco y bolitas de colorines.