Todo el mundo habla de la alcachofa en las dietas... pero ¿de verdad funciona?

Tanto en otoño como en primavera, las alcachofas ocupan un lugar destacado en la cocina mediterránea. En los mercados españoles, empiezan a verse en octubre y vuelven a ganar protagonismo con la llegada del buen tiempo, hasta finales de mayo. Con su sabor particular y su presencia en platos de toda la vida, esta hortaliza es habitual en preparaciones tan conocidas como las alcachofas con jamón, las guisadas con almejas o simplemente asadas al horno con un buen aceite de oliva.
Pero no todo es sabor: con los años, la alcachofa también se ha ganado una reputación como alimento que ayuda a cuidarse. ¿Puede realmente contribuir a perder peso? Repasamos sus propiedades nutricionales más interesantes.
¿Por qué sacia tanto la alcachofa?
Una de sus principales virtudes es su bajo contenido calórico (unas 47 kcal por cada 100 gramos) acompañado de una gran cantidad de fibra. Esta fibra no solo favorece el tránsito intestinal, sino que también ayuda a mantenerse saciado durante más tiempo y estabiliza los niveles de azúcar en sangre. Así, se evita esa sensación de hambre repentina. Tal como recoge Viversano.net, las alcachofas "son ricas en fibra que ayuda a limpiar el intestino y facilita el tránsito intestinal".
Cinarina: la sustancia que ayuda a digerir mejor
Otra de las razones por las que se incluye en muchas dietas es la presencia de cinarina, un compuesto amargo que estimula la producción de bilis y mejora la digestión de las grasas. Este principio activo resulta especialmente beneficioso para el hígado, clave en el metabolismo y en la eliminación de toxinas.
Según MyLab Nutrition, la alcachofa actúa como un remedio natural para proteger las células hepáticas y mejorar su funcionamiento.
Una ayuda natural para eliminar líquidos
Además de sus efectos digestivos, la alcachofa tiene propiedades diuréticas. Su contenido en potasio y sustancias amargas contribuye a eliminar líquidos y a reducir la hinchazón abdominal, algo especialmente útil en dietas depurativas. Como indica DottorSalute.info, “las alcachofas estimulan la diuresis y ayudan a deshinchar el abdomen”.
¿Cómo prepararlas para aprovechar sus propiedades?
Para mantener sus beneficios nutricionales y aprovechar sus beneficios diuréticos, lo mejor es cocinarlas al vapor, hervidas o incluso crudas, en carpaccios o ensaladas, con un chorro de aceite de oliva virgen extra y limón. Las versiones fritas o muy grasas, aunque apetecibles, reducen considerablemente sus propiedades. También se puede recurrir a las infusiones elaboradas con sus hojas, conocidas por su efecto depurativo.
Entonces, ¿ayudan a adelgazar?
Por su bajo aporte calórico, su efecto saciante, sus propiedades digestivas y su capacidad para facilitar la eliminación de líquidos, las alcachofas pueden ser una buena opción dentro de un plan para perder peso. Eso sí, por sí solas no hacen milagros. Su eficacia depende de que se integren en un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, ejercicio regular y una buena hidratación.
Gracias a sus cualidades y a su sabor tan característico, las alcachofas tienen cabida en muchas cocinas. Son una forma de cuidarse sin renunciar al placer de comer bien. Eso sí, conviene recordar que cada persona tiene unas necesidades diferentes, por lo que lo más recomendable es contar con el asesoramiento de un profesional de la nutrición que pueda adaptar la dieta a cada caso concreto.
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