Cortamos la parte blanca de los espárragos. Pondremos un cazo en el fuego con agua y sal, y cuando hierva depositaremos los espárragos durante unos 4-5 minutos, para que se ablanden un poco.
Escurrimos los espárragos, los pasamos por harina y a continuación por el huevo y la leche, que habremos batidos juntos.
Se fríen hasta que lleguen a dorarse. Se dejan encima de un papel de cocina absorbente para que suelten todo el aceite sobrante. Se comen calentitos.
Comentarios de los miembros:
Facil rapido y exquisito