Disolver la levadura en 1/4 taza de agua tibia (no caliente, no queremos matarla!) y agregar una cucharada de azúcar.
Dejar actuar durante unos 5 minutos. Mientras tanto, en un bowl mezclar y tamizar la harina con la sal y la cucharada de azúcar restante.
Hacer un hueco en el medio de la harina, colocar el aceite y verter la mezcla de levadura.
Ir incorporando la mezcla con la masa suavemente con los dedos, desde el centro hasta los bordes, incorporando la taza extra de agua hasta haber unificado todo. Amasar un poquito, formar un bollo y cubrir con papel film. Dejar levar en un ambiente cálido y húmedo durante 50 minutos, más o menos hasta que haya duplicado su tamaño.
Lo de la humedad es fácil en Buenos Aires, pero si viven en un ambiente seco o frío pueden poner agua a hervir y dejar la masa relativamente cerca.
Una vez que levó la masa, colocar un poco de harina sobre la mesada, desgasificar la masa y amasar bien durante unos 2 minutos utilizando los nudillos de las manos.
No conviene incorporar demasiada harina para que no quede muy seca la masa, tiene que ser posible amasar sin que se nos pegue a las manos pero aún estar bien blanda y húmeda. Volver a tapar con film y repetir los dos últimos pasos. No es necesario que leve otros 50 minutos, con unos 20 o 30 estamos bien.
Dividir la masa en 10 bollitos de igual tamaño. Tomar un bollo y, colocando un poco de harina sobre la mesada y sobre la masa, estirar hasta formar un disco de unos 10cm de diámetro.
Colocar una cucharada del relleno en el centro, procurando no poner demasiado jugo porque después es imposible cerrarlo.
En un bowl aparte batir el huevo con la leche hasta que esté homogéneo.
Utilizando un pincel de cocina o bien con el dedo, untar un poco de esta mezcla alrededor del relleno, cubriendo la mitad de la masa.
Cerrar el pancito uniendo la mitad sin huevo con la que fue pincelada.
Presionar suavemente la unión hasta estar seguros de que no se abre. Darle un poco de forma al pancito, debería quedar un poco alargado.
Pasar el pancito por la mezcla de huevo y leche, untándolo por completo, y luego colocar sobre el panko.
Asegurarse de que el pan rallado se adhirió bien. Completar los 9 pancitos restantes.
Poner abundante aceite en una cacerola a fuego fuerte. Estará listo para freir cuando al tirar un pequeño trocito de masa o de panko se formen muchas burbujas inmediatamente.
Incorporar los pancitos en el aceite, mejor si entran primero con la unión hacia abajo, ya que al cocinarse se inflan inmediatamente y eso impide que salga el relleno. Dejar cocinar alrededor de un minuto y luego darlo vuelta y cocinar otro minuto más. Retirar cuando se hayan dorado uniformemente por ambos lados.
Colocar los pancitos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite. Dejarlos escurrir por un par de minutos y luego servir calientes.