Separamos las yemas de las claras. Mezclamos el calabazate rallado con las yemas.Batimos las claras a punto de nieve. Añadimos el azúcar a las claras cuando estén bien duras.
Añadimos la ralladura de limón y luego la almendra molida. En un molde de 22-24 cm con agujero en el centro ponemos una capa de dos dedos de la mezcla de las claras.
Encima ponemos una capa de la mezcla de las yemas y calabazate. Por último otra capa de la mezcla de las claras. Colocamos en el horno precalentado a 180º unos 40 m y vigilamos.
Desmoldamos y espolvoreamos con azúcar glass cuando esté frío. La receta es de locura, dadle una oportunidad a pesar de su extraño posado, su belleza está en el interior.
La degustamos en casa y viajó en caja de metal a los domicilios de padres, suegra y tías. La caja no volvió a casa vacía, lo hizo llena de halagos.