Mezclamos tres partes de la leche por vino blanco (del batallador). En éstas pasamos las rebanadas de pan de torrija.
En ese caso las torrijas son de un pan igual a la forma en uno grande junquillo pero con la miga más compacta. Usted puede hacerla con el pan que le gusta más, o sea con de especial de las torrijas.
Cuando las rebanadas de pan han sido pasadas por el vino y la leche, ponemos a escurrirlas en una alambrera para que ellos suelten el exceso de líquido. Las pasamos por un huevo pegado y a nosotros la rizamos en uno aceite de oliva abundante, hasta que tenga un color dorado.
Bien escurrir un aceite con una servilleta de cocina y depositarlos en una mezcla caliente, de una parte del vino por tres de la miel. Esta mezcla será hervida un poco para que pierda y se evapore el alcohol del vino. Dejar enfriarse al lado de la miel y el vino.