Limpiamos los mejillones, es decir, quitamos los pelitos y pasamos con un cuchillo por toda la concha para quitar restos. Aclaramos con agua.
Ponemos los mejillones en la cazuela vacía a fuego medio durante cinco minutos para que se abran. Mientras tanto preparamos la salsa.
Para la salsa: Cortamos la media cebolla grande en juliana y el ajo en trocitos muy pequeños.
En una sartén a fuego medio, echamos un chorrito generoso de aceite y la cebolla y el ajo cortados anteriormente. Hacemos un sofrito hasta que la cebolla quede tierna.
Cuando la cebolla esté lista, añadimos el brick de tomate frito, medio vaso de vino blanco, media pastilla de avecrem y las hojas de laurel. Dejamos que se rehogue todo durante ocho minutos y separamos del fuego. La salsa está lista.
Cuando los mejillones estén abiertos y con cuidado de no quemarnos, retiramos la concha donde no está el mejillón e incorporamos el lado del mejillón a la salsa.
Mezclamos todo bien a fuego medio para dar un calentón final y dejamos reposar. Ya tenemos los mejillones en salsa de tomate listos para servir.