Derretir la manteca a fuego lento, dejar entibiar.Deshacer la levadura en la leche templada.
Batir los huevos con el azúcar, el anís, la ralladura de limón y la sal. Añadir la manteca y la leche con la levadura.
Mezclar y añadir harina poco a poco, amasar primero en el bol, y cuando la masa esté manejable pasar al marmol.
La masa hay que trabajarla mucho, según mi madre, que borda los roscones, hay que aburrirla, ese es el secreto para que después esté esponjoso.
Dejar que repose, tapada, hasta que haya doblado el volumen, lo mejor es amasar a última hora y dejarla toda la noche.Darle forma al roscón y volver a dejarlo que fermente, un par de horas.
Una vez que haya subido, pincelar con huevo batido y bañar con azúcar mojado en anís.Hornear a 180º sobre 25 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, salga limpio.