Los albaricoques deben estar en su punto de maduración y sin estropearse. Se lavan bien y se cortan por la mitad, con la piel, separando el hueso. Los ponemos en un recipiente y reservamos.
Ponemos el agua en un cazo a calentar con el azúcar y cuando rompa a hervir se vierte sobre los albaricoques reservados. Los tapamos bien y dejamos reposar tres horas. Escurrimos los albaricoques y los ponemos en los tarros de cristal esterilizados.
Volvemos a calentar el almíbar 2/3 minutos y cubrimos los albaricoques hasta llenar el tarro. Cerramos bien con la tapa y los ponemos en una olla con agua hirviendo durante 10 minutos. Los sacamos y dejamos enfriar boca abajo.
Comentarios de los miembros:
Excelente me gusto
Muy facil