Colocamos en un bol la harina y la sal, hacemos un hueco en el centro y ponemos la manteca y el aceite.
Con el agua tibia disolvemos la levadura, agregamos a los ingredientes anteriores y comenzamos a unir hasta formar una masa tierna, que no se nos pegue en los dedos.
Llevamos sobre la mesa y amasamos unos cinco minutos. Tapamos y dejamos descansar 30 minutos.
Dividimos en tres o cuatro partes y estiramos bien fina.
Con un pincel o rociador colocamos agua sobre la masa y espolvoreamos con azúcar.
Cortamos los bizcochos del tamaño y forma que nos guste.
Colocamos en una placa y llevamos a horno suave durante unos 10 minutos, pero no hay que descuidarse porque se doran rápido.