Con un hilo de aceite, doramos los ajos pelados y rallados; añadimos el vino, la ralladura del limón y su jugo; incorporamos 200 ml de agua y lo dejamos hervir un par de minutos.
Ponemos los mejillones bien limpios y lavados en la vaporera sobre la preparación anterior, los tapamos y los dejamos hasta que estén abiertos.
Los servimos en una bandeja con perejil picado, salseando con los jugos emulsionados de la cocción y un vino blanco bien frío.
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