Tras colocar los ingredientes por ese orden en la cubeta, accionamos el programa de amasado/levado en la panificadora, que suele durar 1 hora y 25 minutos, aproximadamente.
Cuando acaba el programa, tiramos la masa resultante en una superficie ligeramente enharinada. Amasamos durante unos cinco minutos para desgasificar la masa.
Le damos forma redonda y la colocamos en un baneton o en un molde del que luego podamos sacarla con facilidad.
Humedecemos ligeramente la superficie y tapamos con un paño húmedo.
Dejamos que repose durante al menos una hora o hasta que crezca de tamaño. Normalmente, doblará su tamaño.
Es el momento ahora de hacerle con una cuchilla o un cuchillo muy afilado unos cortes superficiales. Podéis hacerlos en cruz o como prefiráis.
Al acabar el tiempo, cocemos en el horno precalentado a 230º, durante unos 35-45 minutos.