Empezaremos partiendo un pimiento rojo por la mitad, le quitamos bien las semillas y hacemos trozos medianos. Cuanto más fina sea la masa, más crujiente nos quedará nuestra pizza.
Repetiremos la misma operación con el pimiento verde.
Cogemos una cebolla o cebolleta, y la troceamos en pedazos medianos, más o menos del mismo tamaño que los pimientos.
Ahora con los champiñones previamente lavados, empezamos a hacer láminas.
Ahora que tenemos todos los ingredientes troceados, nos ponemos a estirar la masa de pizza, yo estoy utilizando una masa de pizza sin levadura que se hace en 10 minutos. Con la ayuda de un rodillo, vamos estirando y dándole forma a la masa. Una vez estirada la masa, doblamos los bordes.
Ponemos la masa de pizza sobre una bandeja de horno, y añadimos salsa de tomate, y la repartimos bien por toda la superficie a excepción de los bordes, añadimos también orégano al gusto, y el pimiento rojo, pimiento verde, la cebolleta, y los champiñones, procurando que quede todo bien repartido.
Metemos la pizza en el horno, que teníamos previamente precalentado, durante 20 o 25 minutos a 200º centígrados.
Pasado ese tiempo, sacamos la pizza del horno, y añadimos por encima una salsa de queso cheddar vegano.