Simplemente necesitamos 2 litros de vino blanco, 2 chirimoyas y la cantidad de azucar hasta que esté al punto que a uno le gusta. Para hacerlo basta con pelar las chirimoyas, quitarles las pepitas, molerlas, ponerle dos litros de vino blanco, remover y dejar reposar una noche en la nevera.